El programa ECOS de Canal Extremadura, aborda el tema de la EDUCACIÓN
Ante la pregunta “CÓMO ES EL DÍA A DÍA EN EL AULA” …
Me apetecía responderla, la verdad. Tenía la oportunidad de expresar mi visión sobre esa tarea diaria que me apasiona y, agradeciendo la deferencia, me dispuse a ello.
Topé con el trepidante ritmo y brevedad requeridos en un programa de actualidad en televisión. Te das cuenta de que no puedes decir todo lo que quieres en treinta segundos y… para eso está el blog. Escribo aquí mi respuesta a la pregunta:
Destacaría DOS ELEMENTOS en esa tarea del día a día
1) UN MOTOR, una inquietud que es la que nos une y nos mueve a diario: conseguir que todos nuestros alumnos y alumnas APRENDAN, que alcancen el éxito escolar y educativo. Para conseguirlo, trabajamos dentro y fuera del aula. La tarea de dentro quizás sea algo más conocida, pero no podría ser sin la que realizamos fuera del aula: investigar, programar, revisar, evaluar, proponer, formarnos,… Dos ejemplos concretos y cercanos:
*Tras la Evaluación de Diagnóstico realizada en el curso anterior, el profesorado estamos analizando los resultados, detectando problemas y causas, y por último proponiendo mejoras curriculares, metodológicas y organizativas que cristalizarán en cambios concretos en el aula
*Este fin de semana algo más de 100 profesores y profesoras, hemos asistido a unas jornadas con la intención de contactar con nuevas experiencias y metodologías que nos permitan dar respuesta a esa inquietud de la que hablaba al principio. ( Formación)
2) UN DESASOSIEGO. Ese día a día, también está lleno de comentarios, conversaciones, desahogos…en la cafetería, en la sala de profesores, en los pasillos sobre las DIFICULTADES y SINSABORES. Estas conversaciones nos fortalecen si no se quedan en la cultura de la queja y nos conducen a la cultura de la acción. Esas dificultades, desde mi punto de vista, serían:
* LA DIVERSIDAD. Es necesario que la entendamos como un valor y que no la identifiquemos a priori como negativa, difícil, problemática ( la culpamos de los problemas de convivencia, de la falta de disciplina, de la bajada de nivel…) Nos puede gustar más o menos, pero ESO ES LO QUE HAY y con esas mimbres hemos de trabajar.
* Un clima y un ambiente donde las relaciones no están basadas a priori en la confianza, en la valoración y en el respeto profundo por el otro. Este clima no es gratuito y es debido desde mi punto de vista a algunas causas como:
a) Vivimos en una sociedad líquida, cambiante y rápida. En las familias debería hablarse más con los hijos sobre los valores y motivaciones de los padres sobre sus propios oficios y trabajos. Necesitan que los padres y profesores hablemos bien, de nuestras profesiones, de nuestro trabajo. Necesitan que los entusiasmemos
b) La implicación y la responsabilidad tan necesaria e indispensable de la familia en el proceso educativo de sus hijos, ha sido equivocada en muchos casos con la fiscalización y el control y no con la cooperación y el apoyo
c) El tratamiento que los medios de comunicación da a esta profesión no es el más adecuado por decirlo de forma suave. Basta con pensar en series como Física y Química, el curso del 63, al salir de clase… Si a esto le añadimos que algunos casos aislados de convivencias se convierten en carnaza mediática, no es difícil concluir que esto provoca recelos y desconfianza en el ambiente.
La consecuencia de todo esto, se resume en un comportamiento disruptivo debido a la falta de motivación e interés, a una apatía que acarrea un bajo rendimiento académico. Tenemos que “caer de la burra” de que esto no se corrige o soluciona a golpes de reglamento, ni con tratamientos de usted, ni con tarimas para el profesorado. Mi apuesta personal es optimista y, desde, el convencimiento de que TOD@S PUEDEN MEJORAR, aprovecho para demandar a la Administración , a padres y profesores, recursos, formación, trabajo colectivo, confianza y ENTUSIASMO. Es cierto que también necesitamos un poco de SERENIDAD y no cambiar tan “alegremente” de leyes educativas.
Desde luego, en televisión sería un petardo oír a alguien tanto tiempo seguido. Habría aburrido a las moscas..je, je, je.
9 comentarios:
Para nada aburrirías hasta las moscas, el formato de la tele es el que es, muy frustrante tener que decir en tan poco tiempo TANTO.
La educación debería interesarnos más a todos, puesto que es nuestro futuro, y es cierto que lo medios no ayudan nada, solo preocupados por su cuota de mercado, y desgraciadamente hay malas noticias que venden si las tratan de forma "amarillista". La administración debería regular esas prácticas tan dañinas y no cambiar a cada Gobierno las Leyes.
Al igual que tú también soy optimista y entre todos conseguiremos que mejore.
Un abrazo.
Helena.
Por cierto, he puesto tu entrada en mi Facebook, para mayor difusión, jeje.
Bikos.
Comparto lo escrito y, con seguridad, lo que oiré en ECOS. No sé quién irá al programa ni qué enfoque se le dará. Espero que no sea una nueva oportunidad perdida; es decir, oír más o menos los mismos discursos y pocas innovaciones-ideas para hacer otras otras cosas. Lo único que me ha dejado perplejo ha sido el ejemplo que has puesto sobre la reflexión (motor)... me tienes que explicar cómo estáis haciendo para sacar algo positivo a partir de la prueba de diagnóstico... porque más allá de la evidencia de que siempre hay margen para la mejora (para lo cual no hacía falta este instrumento) y de que sea lo que "obliga" a reflexionar... no he conseguido que la evaluación de diágnóstico nos dé pistas sobre algo en concreto. Un saludo
Bien, me ha gustado.
Sobre la evaluación citada, está claro que deberá mejorar; así de pronto, el tipo y número de actividades propuestas, han sido largas y se dió poco tiempo. El vocabulario, la forma de la redacción de las mismas, la puntuación y transformación de las notas; es preferible de 1 a 100 y normalizadas. Deben participar maestros y maestras en las propuestas y correcciones. Han sido más fáciles en Lengua que en Matemáticas como muestran los resultados obtenidos.
Para sacar algo más en claro, en Primaria hemos tenido reuniones en la CCP y hemos leído las pruebas a la vez que veíamos los resultados. De ahí hemos sacado algunas primeras conclusiones: La mayoría de los textos eran sobre temas extremeños (excursión al norte de Cáceres, las grullas, los juegos deportivos, etc.) Luego centrarse más en el currículo extremeño. Las preguntas eran funcionales; cambiar en el futuro, en el aula, el tipo de pregunta o tarea propuesta al alumnado. Los textos eran orales, además de escritos, hacer propuestas de actividades sobre lenguaje oral. Las preguntas eran literales e inferencias sobre el texto; buscaremos ambos tipos de preguntas. Menos actividades y que vayan dirigidas a mejorar las competencias... Una maestra tomaba nota de estas observaciones y diálogo y se iba escribiendo un borrador para elaborar el Plan de Mejora. Fue muy motivador e interesante. Queda bastante por hacer. Dicho todo muy simplificadamente.
Saludos.
Comparto tu opinión y tus ganas de mejorar. Creo que es algo que todos los alumnos debemos entender también y poner de nuestra parte, como estudiante universitaria que soy, para intentar avanzar en las aulas. Somos una parte clave para que la labor de la enseñanza y el aprendizaje pueda llevarse a cabo. Debemos tener entusiasmo y colaborar.
Claro que no aburrirías a las moscas, a ver cómo queda en la tele.
Un besito
Me manda a tu blog Conce Mendez Casco, y me gusta mucho... Mira, hay una cosa que no encajo bien de lo que cuentas: lo del desahogo y los sinsabores: está sobredimensionado. Es verdad que el alumnado está más difícil, pero me parece exagerada la visión que veo por todas partes. Es una de las razones por la que hace algunos años dejé de frecuentar la cafetería: la práctica de la enseñanza sigue siendo algo muy especial, privilegiado, divertido, y parece que sólo hay quejas por todas partes. No es para tanto. Cuando digo eso, que no es para tanto, muchos de mis compañeros se echan las manos a la cabeza. Pero, a ver, a veces pienso que estamos ciegos: es que no estamos en la universidad, no nos sirve para nada dar clases de posgrado. Yo creo que muchas veces basta con mirarlos, con mirar al alumnado para resituarse. Qué alumnos tienes delante, por donde tiran, qué les interesa, cómo conectas con la herencia -porque eso es- que tienes que dar como profesor. En mi caso, doy lengua y literatura, y por ejemplo hace mucho tiempo que dejé de usar la novela para explicar la narración. Ya no leen novelas, pero siguen viviendo en narraciones tan complejas como las del XIX, por ejemplo esa denostada -y bastante bien narrada- Física o Química, cuyos aciertos de guión (porque no sé si nos damos cuenta de que es una ficción y como tal convocadora de fantasmas) envidio muchas veces. Te aseguro que mis alumnos me acaban escribiendo y creando la mejor literatura posible para su edad y su nivel. Pero hay que trabajar para su edad y su nivel sin idiotizarlos, sin pensar que son tontos. Yo creo que se trata de mirarlos, de mirar su mundo, y no temerlos, no darle la espalda a su cultura que es lo que muchas veces hacemos, y precisamente para difundir cultura. Somos gente que trabaja para el público, con todo lo díficil que es siempre trabajar para el público, pero parece que se nos ha olvidado -a nosotros, los profesores- que el público son esos de ahí. El problema es que muchas veces tenemos un producto de lujo pero se lo estamos vendiendo a nadie, se nos pasaron las estrategias de mercado, seguimos poniendo el pie en el quicio de la puerta para venderles la enciclopedia por fascículos, somos como abuelillas que no saben programar el vídeo -el mundo- de los nietos. Otro punto duro es que no podemos trabajarlo todo A LA VEZ: que nos olvidamos del rollo ese del granito de arena, y acabamos destrozados anímicamente porque todo es terrible y la sociedad no es perfecta. Granito de arena, limitate a tu granito, que tu granito es enriquecedor, y enseña, pasa la antorcha, entrega la herencia (y cuando digo entregar no digo dejarla encima del poyete), que las transversales saltan solas. El martes enseñaba qué es un protagonista en Narración y tenía que saltar por encima del libro de lengua hecho pa tontos y recordar en su lenguaje lo que nosotros aprendimos en el nuestro, en narratología: el protagonista cambia, busca, tiene metas, toma decisiones, ejecuta acciones, y si no hace eso NO es protagonista. No tengas duda de que las transversales, y con ellas el planteamiento de su mundo y sus decisiones, iban saliendo a manojos sin que dejáramos de avanzar en la programación... En fin, Pedro, que me encanta tu blog, que lo voy a seguir todos los días, incluso aunque esté como ahora con el ordenador machacao.
A mí me gustaría mucho que mis hijos tuviesen profes así, pero... ¿De verdad que que todos tenéis ese motor, esa inquietud y ese desasosiego?. Creo que también hay profesorado que no se forma, que no se recicla,que habla de los alumnos como si fuesen... en fin, que es cierto, muy cierto que hay que empujar y entre todos, pero todos, todos. Te felicito por la entrada y por el blog.
Después de leer lo que no saldrá en el programa por falta de tiempo,ya sabes, estamos de acuerdo en la mayoría de los planteamientos. Lo difícil es encontrar maestros tan entusiastas, porque haberlos, los hay. Sigue así y sobre todo, enhorabuena porque vas a conseguir dar más publicidad al programa gracias a tu blog.. Ya te lo agradecerán los de ECOS. Mari Carmen
Pedro, me ha gustado mucho tu reflexión. Para mí que el clima del aula basado fundamentalmente en las relaciones que potencia el maestr@/profes@ es la clave para la educación, en una frase corta "se aprende lo que se vive". Pero claro, eso lleva implícito algo más, y es muy gordo, el sentido del aprendizaje percibido por l@s chic@s... hay mucho que decir sobre el qué se enseña, cómo
se enseña... y nuestro papel como docentes en esta sociedad tecnologizada con herramientas de aprendizaje tan potentes y tan poco aprovechadas en las aulas.
Es de cajón que tenemos que ponernos las pilas, familias, administración, profesorado... porque estoy convencida de que l@s chic@s responden... pero lo que no pueden soportar es el aburrimiento. Y no me refiero a que estén todo el tiempo jugando (aunque un poco más que ahora sí), quiero decir apasionarse o al menos verle sentido a lo que hacen... Mis recuerdos de escuela en colegio de monjas son de un aburrimiento infinito y no veo que la cosa en general haya mejorado mucho desde entonces, y es una pena desaprovechar los años de mayor capacidad de aprendizaje de una persona aprendiendo al menos un 80% de inutilidades, y a veces no por lo que se aprende sino por el cómo se aprende.
¿Tan difícil es abordar de una vez el tema de los contenidos y su organización a lo largo de la escolaridad?
Lo dejo...que se me sube el cabreo.
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